jueves, 30 de octubre de 2014

Hercules y la Cierva Cerinea

Para este Tercer Trabajo, Heracles debía atrapar a la cierva sagrada de Artemisa y llevarla viva hasta Micenas. El animal tenía pezuñas de bronce y cuernos de oro, y había conseguido escapar de Artemisa, tras lo cual había ido a parar a la colina Cerinea, al norte del Peloponeso. Heracles siguió a la rápida cierva durante un año, desde Arcadia hasta la península de Istria en el punto más septentrional del mar Adriático. Finalmente, Heracles atrapó a la criatura sin hacerle ningún daño y la llevó hasta Micenas sobre sus hombros. La diosa Artemisa se enfadó al principio, pero entendió sus motivos y le perdonó cuando le dijo que cumplía las órdenes que le había dado Euristeo.

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