Después de
terminar una relación, es normal que, según pasan los días, sientas un pequeño
vacío, una necesidad de volver a escuchar a tu ex, de volver a verle…
Pasan los días
contigo esperando su llamada, siempre pendiente del teléfono por si te
llama o deja un mensaje. No sales de casa porque te aterra pensar que pueda
sonar el teléfono y tú no estés… Te cuestionas una y otra vez el porqué de la
ruptura y te vienen los remordimientos, el extrañarle… y no importa cuánto daño
puede haberte hecho, tú sólo quieres volver a verle.
Tienes que
entender que la relación ha terminado, que ya se puso fin a los pleitos y
discusiones que había entre los dos. No debes ir por la vida llorando a quien,
en su momento, no supo valorarte debidamente. Sólo por ser mujer, tú ya tienes
un gran valor. No llores por él, debes erguir la cabeza y salir adelante. Mantén
tu dignidad y decoro.
¡No tomes
ese teléfono para llamarle!
Por el
contrario…Sal a la calle, busca en qué pasar las horas en las que él sabe que
puede llamarte, y trata de sacarlo de tu mente. Puede ayudarte ir a un gimnasio
o pasar la tarde con alguna amiga tomando el café. Puedes llorar todo lo
que quieras, mirar sus fotos y sus escritos… puedes dejar que el llanto
fluya, permítete acabar de sacar y expresar el lágrimas todo ese dolor que te
dejó su partida.
Después… cuando
sientas que ya no tienes más lágrimas que derramar, guarda todo ese mundo de
cosas que tienes de él en el baúl de los recuerdos… deja en tu mente sólo
los momentos bellos y deshecha todo lo malo, para no guardar rencores en tu
corazón.
Ya verás que
cuando él se dé cuenta de todo lo que perdió por no saber valorarte, querrá
regresar a ti… Se dará cuenta de que eres una gran mujer y que no debió actuar
de esa manera. Cuando esto suceda, solamente tú podrás tomar la determinación
de volver con él o dejarlo definitivamente.
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