En su cólera, hizo que el toro creara alboroto por toda Creta, y a la esposa de Minos, Pasifae, la hizo enamorarse del animal. Se había enamorado del toro y había hecho el amor con él, tras lo cual quedó embarazada del Minotauro. Consecuentemente, Pasifae dio a luz al Minotauro, a un monstruo con cabeza de Toro y cuerpo de hombre. Minos tuvo que encerrar a la bestia en un laberinto, un laberinto enorme que se extendía por debajo del palacio. Cada año el Minotauro era alimentado con los presos de Atenas. Cuando Hércules llegó a Creta, luchó fácilmente con el Toro venciéndolo para luego llevarlo ante el rey Euristeo. Euristeo quiso dedicárselo a Hera, pero como la diosa no aceptó la ofrenda, el animal fue puesto en libertad. Este vagó alrededor de Grecia, aterrorizando a la gente, hasta que finalmente llegó a Maratón, una ciudad cerca de Atenas.
Heracles atrapó al toro y lo llevó vivo a Micenas y Tiryns para liberarlo posteriormente. El toro entonces sembró el terror cerca de Maratón, en las afueras de Atenas, donde finalmente lo mató Teseo.