Estoy en un pueblo fantasma, no hay nadie a mi alrededor todos me han dejado a mi causa, abandonado por mis amigos solo me queda la soledad, oscura y fría en una noche de invierno, los pedazos de madera de las casas comparten la frialdad del momento inquietante. La luna brilla a lo lejos, es hermosa, nuestra fiel compañera nos guía en medio de la penumbra, pero no puedo decir lo mismo de los lobos del bosque, ellos están hambrientos y no encuentran alimento, estoy en peligro. Estoy solo, no hay compañía, que haré, condenado a esta eterna libertad sin un guía que me dirija por el camino de mi rescate, al parecer tendré que ser yo el que me conduzca al lugar al que tanto anhelo, solo espero poder encontrarlo.
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